domingo, 28 de noviembre de 2010

LAS NORMAS EN EL AULA.

Muchas veces no sabemos qué está fallando a la hora de aplicar la disciplina en el aula. Aquí tienes un extracto del libro “Ayuda, soy profesor” en el que se enumeran los errores más frecuentes a la hora de aplicar la disciplina.
ERRORES MÁS FRECUENTES A LA HORA DE APLICAR LA DISCIPLINA.
-        Perder la calma y gritar.
-       Reaccionar sin considerar las causas del problema y sus responsables.
-       Castigar a todo el grupo por el comportamiento de unos pocos.
-       Explicar las normas sin tener la atención de los alumnos.
-       Explicar las normas sólo al principio de curso. No recordar las normas a menudo.
-       No tener las normas a la vista de los alumnos.
-       Contar con un número excesivo de normas.
-       Amenazar o humillar a un alumno, ya sea en privado o frente a sus compañeros.
-       Decir que se van a aplicar consecuencias que no son viables.
-       Mostrarse muy duro al principio y luego ir aflojando.
-        Disponer el espacio de manera que provoque desencuentros y otros conflictos.
-       Rendirse y dar por perdidos a los alumnos más difíciles. No darles la oportunidad de mejorar su comportamiento.
-       Dejar que un alumno haga lo que quiera mientras que no interrumpa.
-       Permitir que un alumno sea irrespetuoso con nosotros o con sus compañeros.
-       Tener expectativas bajas en cuanto al progreso de los alumnos.
-       Establecer las normas en negativo, en lugar de en positivo.
-       No ser consistente.
-       No tener un sistema unívoco de conductas disruptivas y sus correspondientes consecuencias.
-       No consensuar y razonar las normas y las consecuencias con los alumnos.
-       Delegar la autoridad en otras personas.
-       Ignorar las normas generales del centro educativo.
-       Aplicar distintas consecuencias para el mismo problema.
-       Ignorar ciertas conductas porque estamos muy cansados para aplicar las consecuencias en ese momento.
-       No aplicar las consecuencias inmediatamente después de la conducta problemática.
-       No valorar las conductas positivas ni ofrecer refuerzos positivos.
-       No ser coherente con lo que les exigimos a los alumnos.
-       Evitar el contacto ocular.
-       No planificar los aspectos relativos a la gestión del comportamiento.

FUENTE : “AYUDA, SOY PROFESOR”. Mº JOSÉ MOLINA MARTÍNEZ. EDITORIAL CCS.

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